Cuando nuestro cuerpo enferma, es decir, pierde el equilibrio físico, buscamos ayuda a través de los médicos o los terapeutas. Estos, a su vez, nos prescriben medicamentos o terapias que nos ayudarán a restablecernos.
Esta ayuda viene totalmente de "fuera de nosotros".
Cuando recurrimos permanentemente a este tipo de ayuda, para curarnos, corremos el riesgo de convertirnos en seres totalmente "irresponsables" de lo que nos pasa: "Me enfermo, me curan. Vuelvo a la misma vida. Vuelvo a enfermar, vuelvo a que me curen, y así ..."
El concepto de "Sanar" es mucho más amplio que el de curarse.
Sanar significa volver a recuperar nuestra plenitud y el equilibrio en todos los sentidos, y, lo más importante, viene de "dentro de nosotros".
Sanar comienza con una decisión personal de responsabilizarnos de nosotros mismos. Implica esforzarnos, disciplinarnos o integrar el cambio por autoconvencimiento, y ... amarnos.
Para curarse físicamente a largo plazo o de forma definitiva, necesitamos Sanar.
Es necesario decidir vivir, y vivir plena y saludablemente.
Si haces lo que está en tus manos para lograr el equilibrio entre tus cuerpos físico, mental, emocional y espiritual, tu mundo cambiará y tu estado de salud será otro.
Texto original: Lupita Diosdado
"- Yo veo al ser que hay en ti. Bienvenido a este espacio." Núria (mentora espiritual)