La muerte es un portal hacia otro estado del Ser
En mi trabajo como 'facilitadora' cuando una persona acude a mi para trabajar 'su muerte' es para que le ayude a abrir su mente y así, cuando el momento de cruzar llegue, pueda dejar ir este mundo con una visión más amable y más amplia de lo que le espera.
Sin velos, recordando a su familia de luz, sabiendo quién le espera cuando cruce a otro hogar, sin miedos, sin angustias.
Para nuestra mente egoica la muerte es 'el fin'.
Hay que aceptar que el cuerpo físico tiene y cumple con un objetivo.
Cuando el viaje llega a su fin debemos abandonar el vehículo con el que lo hemos realizado.
Cuando encarnamos experimentamos una pérdida de memoria de lo que realmente somos.
Esta pérdida de memoria 'es necesaria' para poder seguir experimentando y creciendo espiritualmente sin estar limitados o atados a las experiencias de otras vidas.
Esto 'es así' porque los recuerdos de lo que fuimos, lo que hicimos, lo que nos hicieron, suelen ser un obstáculo para esta nueva experiencia.
No existe ningún manual del 'saber morir' como no existe tampoco ninguno del 'saber vivir'.
Hubo una época en que los humanos conocían y aceptaban la muerte.
'Saber morir' representa, ante todo perder el miedo a esta nueva etapa y viene de la mano con tu capacidad para sentir la conexión con tu propia divinidad.
La pulsión de la muerte está enterrada profundamente en el inconsciente primitivo de la humanidad desde donde ejerce una influencia potencial que puede ser reforzada por el adoctrinamiento (pilotos kamikazes, terroristas suicidas, culto del suicidio en masa).
El 'culto a la muerte' puede llegar a resultar glamuroso.
Pérdidas importantes en la edad temprana pueden volvernos vulnerables a la aceptación del dolor. Las pérdidas emocionales pueden desencadenar en depresión grave o incluso en la muerte.
Algunas personas desean ávidamente su muerte porque la vida ha pérdido para ellos todo sentido. De hecho la motivación principal no es otra que evitar el dolor que 'la vida genera'.
Sentirse atraído por la muerte, o tener prisa por pasar al otro lado, suele significar que tienes miedo del mundo, y así la muerte es solo un escape. Piensas que con ella puedes escapar del conflicto, pero es solo una ilusión, pues no se escapa de este mundo a través de la muerte, sino a través de la verdad. ¿Cuál es tu verdad?
La muerte en el mundo esotérico representa una transformación, es sinónimo de disolución de viejas ataduras.
Y sin embargo, la muerte es uno de los miedos más básicos.
Curiosamente las 'experiencias próximas a la muerte' parecen eliminar todo temor a la muerte.
Si eres consciente de tu propia mortalidad y del hecho de que la muerte está detrás de ti persiguiéndote, tu vida se va a convertir en algo muy mágico, porque entonces, vas a ser capaz de prestarle atención a lo que es verdaderamente importante en tu vida (como el amor) ... y reconoces que la vida física no es permanente, todo es perecedero y mientras más perecedero y más frágil, más bello y más valioso es.
Mientras lo tienes ámalo y reconoce que va a llegar el momento de dejarlo partir, por lo tanto no te apegues, no te aferres.
Cuando mueras pasará lo mismo que sucedió cada vez que moriste antes. Esta verdad está oculta.
Lo más cercano a una descripción del proceso de la muerte es la descripción de las experiencias cercanas a la muerte.
Varios estudios reflejan que los pacientes con enfermedades terminales que saben que van a morir, muestran una mayor aceptación cuando han tenido una vida feliz y plena.
Saber que su fin está cerca no es para ellos un consuelo, pero les da relativa ventaja para hacer una valoración de lo que ha sido su vida.
A menudo 'el paso al otro lado' está enturbiado por las angustias acumuladas durante toda una vida.
Es posible suavizar, y en el mejor de los casos limpiar, las identificaciones con tu 'actual base de realidad' para hacer del cruce una experiencia más amable.
Poema "cuando me haya ido"
Leer canalización sobre 'El más allá'
La muerte no existe. El cuerpo puede morir, pero el hijo de Dios fue creado a imagen y semejanza de su Padre, que es inmortal.
El ego mismo tiene su origen en un pensamiento demente e ilusorio de muerte. Para el ego el hijo de Dios está separado de su creador. Tal pensamiento representa no sólo un asesinato - la muerte de Dios - sino también un suicidio - la muerte de tu verdadero Ser.
La muerte es un pensamiento que adopta muchas formas, las cuales a menudo no se reconocen; puede manifestarse en forma de tristeza, miedo, ansiedad o duda; en forma de ira, falta de fe y desconfianza; preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas formas en las que el deseo de ser como no eres pueda venir a tentarte. Todos ésos pensamientos no son sino reflejos de la veneración que se le rinde a la muerte como salvadora y portadora de la liberación.
Todas las muertes son en realidad un suicidio. Nadie puede morir a menos que elija la muerte, nadie muere sin su propio consentimiento. Jamás ocurre nada que no sea una representación de tus deseos, ni se te niega nada de lo que eliges.
"- Yo veo al ser que hay en ti. Bienvenido a este espacio." Núria (mentora espiritual)