La fe

La fe es un atributo, una energía y un poder

¿Es una cuestión de fe?

Sí, todo es cuestión de fe.

¿Has perdido la fe? ¿Tienes miedo a avanzar? ¿Algo te falta para creer en ti mismo?

Cuando las vicisitudes de la vida hacen que tus creencias se tambaleen, llegas a pensar que el problema en sí está en tu fe.

Los mercaderes de la fe hacen fácil la adquisición de fe ¿A cuánto el Kilo?

Promesa, castigo, autoridad, sufrimiento, penitencia ...

¡Qué caminos tan curiosos para alcanzar tu divinidad!

El dicho popular anuncia que depositar la fe en algo o alguien es la forma más inequívoca de llegar a ser decepcionado.

¿Cómo nacen las expectativas? ¿Dónde te conducen tus deseos? ¿Cuándo cambian tus valores? ¿Qué precio tienen tus creencias?

La fe es la certeza (sustancia) de lo que se espera, la evidencia de lo que no se ve.
La fe es la conciencia de la realidad que tú asumes, una convicción de la realidad de las cosas que no ves, la percepción mental de la realidad de lo invisible.Neville

Mensaje de la Fe

No soy solo la fe de las iglesias, ni las creencias que pueda tener uno sobre sí mismo o sobre los demás.

Soy necesaria para todas las cosas cotidianas de la vida. Necesitas tener fe para enamorarte, necesitas tener fe para despedirte de alguien que ha muerto, para creer que esa persona realmente ha muerto y creer firmemente que, según tu religión o tu concepto de la vida, esa persona va a ir a otro lugar mejor o se va a quedar vagando en la tierra o va a ser polvo.

Necesitas fe para saber que te tienes que levantar por la mañana, que vas a hacer tus cosas, necesitas fe para acostarte por la noche y saber que te vas a levantar por la mañana, necesitas fe para salir de casa y saber con confianza que no te va a pasar nada malo, necesitas fe para saber que cuando vuelvas a tu casa todo lo que tú amas estará allí. Necesitas fe para creer que vas a respirar cada segundo de tu vida, necesitas fe para tener ilusión, necesitas fe para creer en el tiempo. Necesitas fe para ser tú mismo.

Y necesitas fe para quedarte aquí, en este cuerpo, y hacer lo que has venido a hacer, se necesita muchísima fe.

Y muchas veces creéis que no la tenéis.

Cuando se te dice “Tienes que creer en algo para hacerlo realidad" sueles responder “- Oh, yo no tengo la suficiente fe" “- Oh, yo no soy lo suficientemente fuerte para creer en ello" “- Sí, lo deseo, pero no soy fuerte para lograrlo".

En realidad tienes fe para todo. La fe forma parte de tu supervivencia. La fe forma parte de tu existencia. La fe forma parte de vuestro linaje.

Es cierto que hay otros seres que no tienen fe. Es un atributo del ser humano, porque si al alma le preguntas, se le haría muy difícil vivir aquí, sola, sin fe.

La fe te permite arriesgarte. Creer en algo. Ser tú mismo. Vivir.

Tienes fe. Siempre la has poseído.

Y es una energía muy poderosa que realmente cambia situaciones, cambia pensamientos, creencias. La fe te hace avanzar. Si renuncias a tu fe te estancas en un agujero simulado mentalmente, y de ahí no sales, y sí, la vida pasará a tu lado, pero tú no avanzarás.

Tienes que creer que tu país va a ir a mejor políticamente, tienes que pensar que hay personas buenas en el mundo después de ver tanta maldad, tienes que creer que tu corazón va a latir aun cuando te lo rompan … porque si no ¿Qué eres?

Deja de buscar la fe por ahí fuera. Deja de buscarla en los rincones. La fe te pertenece. Está dentro de ti.

De igual manera que te levantas por la mañana ilusionado porque puede ser un día mejor, vístete con la fe que ya tienes, déjala relucir y verás cuantas maravillas y cuantos milagros se pueden llegar a obtener.

La fe no es un milagro en sí mismo. La fe permite que los milagros existan, que los cambios se produzcan, que el amor perdure.

¿Por qué depositas tu fe en otras personas? Porque reconoces la fe en ellas, esa fe que tienes tú en tu interior. Todo se conecta entre sí. Si eres capaz de creer en esa persona es porque eres capaz de creer en ti.

La fe no tiene enemigos. La duda es algo de la mente. La fe existe, y se tiene, simple y llanamente, y tú la utilizas para creer en lo que desees. La fe se tiene como se tiene el amor, para amar a quien desees o para odiar a quien desees.

Sentirás el sentido de la vida con esa fe, o no lo sentirás. Depende de ti.

En tus manos está usar la fe, usarla tal y como dices buenos días por la mañana. “Hoy tengo fe", “Hoy mi vida cambia", “Hoy creo en el amor", “Hoy suelto a esa persona que no me pertenece", “Hoy creo en mi libertad, en mi independencia, creo en mi valía".

La fe es el ingrediente para todo pastel. Sin fe no hay victoria ni derrota, como tú quieras verlo. Si tú crees que vas a ganar ganarás, si tú crees que vas a perder perderás. La fe hace materializar tus sueños y tus creencias. Para la fe no hay nada bueno o malo.

Sólo aquel que cree en sí mismo puede hallar el verdadero valor en sí mismo.

Ese es tu regalo: Poder manifestar todo aquello que deseas por la fe.

El miedo se disipa ante la fe. Es falso que se tenga fe porque hay miedo. Que gran tormento creado por la mente. La fe siempre existe. Siempre dispones de ella. Siempre puedes escoger.

Canalizado por Núria.



La Fe que cura (un curso de milagros)

Crees que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa "protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que dotas de poderes mágicos.

Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo que no tiene valor. No te sustentará.

Los sustitutos de cualquier aspecto de una situación son los testigos de tu falta de fe en la verdad. Demuestran que no creíste que la situación y el problema estuviesen en el mismo lugar. El problema era la falta de fe, y esto es lo que demuestras cuando lo separas de su fuente y lo pones en otro lugar. Como resultado de ello, no ves el problema. De no haberte faltado la fe de que podía ser resuelto, el problema habría desaparecido.

No hay ningún problema que la fe no pueda resolver. Si trasladas cualquier aspecto de un problema a otro lugar, ello hará que sea imposible solventarlo.

Una situación es una relación, pues es una confluencia de pensamientos. Si se perciben problemas, es porque se cree que los pensamientos están en conflicto. Mas si el objetivo es la verdad, eso es imposible. Alguna idea relacionada con el cuerpo tuvo que haberse inmiscuido, ya que las mentes no pueden atacar. Pensar en cuerpos indica falta de fe, pues los cuerpos no pueden solventar nada.

Tu fe tiene que aumentar para poder alcanzar la meta que se ha fijado, que no es otra que tu santidad, tu felicidad y tu plenitud.

Cada situación en la que te encuentras no es más que un medio para satisfacer el propósito que se estableció para tu relación. Si la ves como algo diferente, es que te falta fe. No hagas uso de esa falta de fe. Deja que se presente y obsérvala con calma, pero no hagas uso de ella. La falta de fe es la sierva de lo ilusorio, y es totalmente fiel a su amo. Haz uso de ella, y te llevará directamente a las ilusiones. No aceptes la ilusión de paz que te ofrece, sino que, por el contrario, contempla su ofrecimiento y reconoce que no es lo que estás buscando.

El objetivo de la ilusión está tan estrechamente vinculado a la falta de fe como la fe lo está a la verdad.

En cualquier situación entregada de antemano a la verdad, si pones en duda que alguien pueda desempeñar su papel, y desempeñarlo perfectamente es que la entrega no fue absoluta. Esto significa que no has tenido fe en tu hermano y que has usado tu falta de fe contra él.

A menos que la fe que tienes en tu hermano te acompañe en toda situación, serás infiel a tu propia relación. La verdad invoca la fe, y la fe le hace sitio a la verdad. Cuando el Espíritu Santo cambió el propósito de tu relación (relación que también fue entregada de antemano a la verdad), el objetivo que estableció en ella se extendió a toda situación en que jamás puedas verte envuelto.

Invocas la fe por razón de Aquel que te acompaña en toda situación (desde esa entrega). Ya no estás completamente loco ni tampoco solo. Pues la idea de que en Dios puede haber soledad no puede sino ser un sueño. Tú, cuya relación comparte el objetivo del Espíritu Santo, has sido alejado de la soledad porque la verdad ha llegado. Su invocación a la fe es poderosa. No uses tu falta de fe contra la verdad, pues ésta te exhorta a que te salves y a que estés en paz.

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"- Yo veo al ser que hay en ti. Bienvenido a este espacio." Núria (mentora espiritual)