Cuando diriges tu pensamiento hacia un punto en el interior de tu cuerpo, hacia allí afluye la mayor cantidad de sangre.

El 'niño interior herido' es una falacia psicológica. Nunca ha existido tal cosa, aunque algunos encuentren esa figura como una herramienta pedagógica y terapéutica de utilidad, en realidad es solo una creación de tu mente.

La mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creativa. Nunca duerme. Está creando conti­nuamente. Es difícil reconocer la oleada de poder que resulta de la combinación de pensamiento y creencia, que puede literalmente mover montañas. A primera vista parece arrogante creer que posees tal poder, mas no es ésa la verdadera razón de que no lo creas. Prefieres creer que tus pensamientos no pueden ejercer ninguna influencia real porque de hecho tienes miedo de ellos.

El mal es un concepto de la imaginación del hombre, un intento de clasificar y entender todos sus excesos.

Cuando tu mente deja por un momento de ser el centro de tu conciencia, entonces recibes una hermosa infusión de tu Ser.

Somos lo que pensamos. Todo lo que somos se origina en nuestros pensamientos. Con nuestros pensamiento hacemos el mundo.
Siddharta Gautama (Buda)