diccionario metafísico aire de luz - descifrando la dinámica energética

La maldad se arrastra en tu sombra, se esconde, en tu sonrisa, en tus palabras. Te seduce con su encanto oscuro. Te susurra al oído, y te invita a sumergirte en su abismo de oscuridad. Te muestra un mundo sin piedad.

La maldad es un deseo enfermizo de ejercer violencia, odio expresado en palabra o en acción con el fin de hacer daño.

Puedes actuar con mucha maldad y hacerlo conscientemente o disfrutando de ello. No te juzgues por ello, simplemente pregúntate ¿Por qué te estás haciendo violencia a ti mism@?

No alcanzarás la paz si no eres capaz de disfrutar de las cosas sencillas y dejas de sentirte en peligro constante; y sin paz tu vida es tu propio infierno.

Probablemente, intentas probarte que estás haciendo lo correcto, que tienes razón.

Este deseo puede proceder de grandes heridas, que hacen que quieras volcar tu resentimiento y tu frustración hacia los demás.

Estás enfadad@ con la vida o con ciertas personas, por el sufrimiento que vives, por el dolor interior, y quieres vengarte. ¿De quién o de qué quieres vengarte? ¿Crees que te 'tocaron malas cartas' y, por lo tanto, está justificado que se lo hagas pagar a los demás?

Piensas hallar en la venganza alguna satisfacción. 'El objeto de tu venganza' es lo de menos. vida tras el odio

Para ti tiene todo el sentido, pues para ti es un modo de hacer salir tu agresividad y así alcanzar más paz interior.

Si puedes identificar tal comportamiento en ti, no dudes en pedir ayuda, porque aunque expresas tu irritabilidad con maldad, te has dado cuenta de que esto solo calma tu sufrimiento temporalmente.

El placer que encuentras en el acto, el subidón, es una liberación temporal de la pequeña prisión en la que vives, una prisión que tu mente ha creado para calmar su propio dolor. 

Sí, si eres violent@ te estás haciendo violencia a ti mism@. 

Ningún hombre elige el mal por la maldad (o porque sea malvado); simplemente la confunde con la felicidad, el bien que busca.

Mary Wollstonecraft Shelley

Si no te dejes engañar (por la maldad) verás que en su camino solo hay dolor y pesar, y su recompensa es la soledad.

El verdadero poder está en ti, en tu interior.

¿Crees poder desarrollar actitudes de apertura?

¿Qué tal buscar mayor paz interior empezando por cambiar tu comportamiento exterior?

 

 

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