La culpa es una emoción vinculada al remordimiento y a la recriminación.
Es la consecuencia de recordar y lamentar las acciones pasadas.
La culpabilidad debería ser una emoción educativa y pedagógica que surge como una advertencia para no repetir los mismos errores. Así, aunque el pasado no puede ser reescrito, puede ser recontextualizado con el fin de ser una fuente de aprendizaje constructivo. El peso de los acontecimientos o las decisiones pasados puede ser aliviado al tomar conciencia de que 'parecían una buena idea en su momento'.
La fuente de la culpa está en la parte de tu mente compuesta por juicios inyectados, puntos de vista y esquemas de pensamiento aprendidos.
También procede de la lucha entre lo que sientes y lo que piensas, cuando sentimiento y pensamiento entran en conflicto.
La culpa muchas veces es un antagónico de responsabilidad. Y puede fácilmente transformarse en un parásito o adherirse a ti y cubrirte con la piel de un depredador.
El 'síndrome de la vergüenza'
Problablemente, no eres siquiera consciente de los motivos por los que te sientes culpable o avergonzad@, simplemente lo estás. Se ha convertido en parte de tu vida, en parte de tu existencia. Tanto es así que se aprecia como algo natural, seguro y normal el sentirse de esta manera. Se ha convertido en una forma de vida.
Muchos de estos sentimientos se han codificado genéticamente en el ADN de la humanidad durante incontables milenios, en la medida que generación tras generación de almas encarnadas reafirmaron su temor en la realidad tridimensional. Esto ha llevado a crear una 'conciencia de pobreza' en este planeta.
John Payne
Las culturas con sentimiento de culpa comúnmente tienen una visión negativa de Dios como un ser que juzga, un ser vengativo, enojado, y punitivo a través de desastres naturales y eventos negativos.
Si de niñ@ recibiste la desaprobación de tus padres, familiares, maestros, ..., la culpa, el miedo y la vergüenza que ello te genera tiene tendencia a persistir en tu vida adulta, creando relaciones conflictivas.
Una forma de gestionar la culpa es 'por proyección', de modo que tus propios pensamientos y emociones son vistos estando 'ahí fuera' y, por lo tanto, son objeto para tu odio y tu deseo de venganza.
La 'cara de inocencia'
Esa es una de las caras que cultivas frente al mundo, la que se perturba con facilidad por lo que ve como injusticia, dolor y enfermedad en el mundo.
Te identificas muchísimo con este concepto porque esconde la culpa que se encuentra muy profunda en tu interior. Aunque no crees que es correcto atacar a otro, si la situación lo requiere, la cara de inocencia atacará en defensa propia. No te das cuenta de que las situaciones no pueden provocar el ataque, sino solo descubrir el odio que ya se encuentra en tu mente.
No obstante, bajo esta cara está escondida la cara del victimario. Es la cara que necesita encontrar gente y situaciones en las que pueda proyectar su culpa y así mantener su inocencia.
Mientras busques tu culpa en el mundo, nunca cuestionarás la demencia del sistema de pensamiento del ego, que desea ver desastres, agresiones y accidentes en el mundo, porque así se sentirá justificadamente una víctima inocente.
Michael Dawson sobre ucdm
Si tú has sido la víctima, sentirte culpable solo es un 'camino sin salida'. ¿Crees posible tomar conciencia de que el perdón es el único camino realmente liberador? No hay mayor perdón que el que te concedes a ti mism@ por haberte hecho llevar esa carga de culpabilidad.
La agresividad contra uno mismo o la culpabilidad provocan enfermedades autoinmunes, dolor, aflicciones y accidentes.
Dios no participa en las 'creaciones de sus hijos', en sus 'proyecciones', pues les ha dotado de libre albedrío y no puede concebirte de otra manera que no sea amorosamente.
¿Sabes lo que es un arquetipo de conciencia? Te permite identificar qué es lo que te limita, te encadena y te 'desconecta de la creación divina y del amor'.
¿No crees que una mente torturadora es, de hecho, un 'infierno en vida'?
A menudo los narcisistas y los psicópatas utilizan la culpa para manipular o mantener cautivos a su corte (personas que la rodean) o a sus víctimas.
Si estás desconectad@ de tu esencia, quizás sea porque encuentras tu realidad inaceptable o difícil de vivir.
Pero lo cierto es que no hay ningún culpable. Aunque esto pueda resultar muy frustrante. Hicieran lo que hicieran, los otros, nadie es culpable. Y no tienes la culpa tú tampoco. No, ni siquiera tú mism@.
Tampoco eres la víctima. Quizás te pusiste el disfraz de víctima por un tiempo. Has tenido muchas experiencias, algunas fueron duras, difíciles, traumáticas, sí, pero tú no eres una víctima.
Cualquiera que siga pensando como víctima, que continúe culpando (como víctima que piensa que es), continuará 'creando como víctima', en otras palabras, creará más basura, más dificultades.
Cualquiera que elija liberarse de todas esas cosas que no son suyas, aquel que elija 'dejar ir', aquel que simplemente tome conciencia de 'Yo soy el que yo soy', llegará a su propio Ser.
Texto original Tobias
No permitas que la culpa te defina. Reconoce tu identidad y extrae sabiduría de cada experiencia.
Sueña mejor con un mundo en el que los errores no conducen a la vergüenza, los arrepentimientos no conducen a la culpa y el juicio no conduce a la condena.
¿Cómo sería reconectar contigo mism@ para descubrir tu seguridad y tu confianza interior?
Las emociones nacen con una necesidad básica de ser reconocidas.
Si te sientes culpable debes reconocer que lo estás.
Reconocer descarta ocultar, reprimir, alimentar, cobijar, o accionar a partir de su condicionamiento o impulso.
Una vez reconocida, permite que sea tu divinidad la que se haga cargo de la emoción. Recuerda que la emoción es parte intrínseca de la experiencia humana.
Desencripta el entramado emocional, descodifica tu realidad.
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La alternativa es la toma de conciencia.