Sientes su atracción como un imán, te sientes seducid@, no puedes resistirte, su llamado te envuelve con una promesa de placer y fantasía. Solo imaginarlo y tu corazón late con frenesí.
Pero el tiempo pasa factura, y lo que comenzó como una aventura se convierte en una necesidad, una atadura, que te arrastra hacia abajo, sin camino de vuelta.
Te atrapa en su abrazo, te consume lentamente, dejando tu vida en ruinas.
Ya no sientes que puedas elegir detenerte. El impulso parece ser más fuerte que tú. Al tiempo que te proporciona una falsa sensación de placer; placer que invariablemente se convierte en dolor.
Toda dependencia o adicción (azúcar, alcohol, drogas, alimento, tabaco, trabajo, sexo, sentimental, ...) está vinculada a un profundo vacío interior, a una tentativa exterior de querer colmar una carencia de amor o una carencia afectiva vinculada a uno de tus padres.
Es una muleta con la que quieres colmar este vacío, esta desesperación y esta tristeza.
Tu vida no satisface tus deseos más profundos. Te sientes en rebeldía y no consigues amarte tal y como eres, y esta incapacidad temporal se manifiesta con ira y rencor frente al universo.
Hipotecas tu libertad a cambio de un chute de confort, placer, tranquilidad, ..., pero no has leído la letra pequeña.
La adicción vive dentro de ti casi como una entidad o una personalidad secundaria, es un campo de energía que se apodera periódicamente de ti por completo. Cuando se apodera de tu mente egoica, de la voz mental, entonces esta se convierte en la voz de la adicción. Si estás identificado con esa voz interior a causa de tu inconsciencia, la acción de encenderte un cigarrillo, abrir un helado, servirte una copa o prepararte una dosis, ..., ocurre en medio de una inconsciencia total.
El 'objeto de tu dependencia' te ayuda a vivir temporalmente en un mundo sin problemas (incluso te permite experimentar cierto éxtasis).
Cualquier proceso de dependencia (de una persona, idea, nación, religión, ...) es una evasión de 'mi mismo'; esta identificación es la negación del 'Yo soy'. Pero no puedes negar lo que eres; debes comprender lo que eres, puesto que de huir de lo que eres y refugiarte en 'el pensamiento superficial' surge una actividad que siempre es dañina, tanto a escala individual como a escala mundial.
Siempre hay consecuencias sobre tu(s) cuerpo(s) que con el tiempo pueden provocar verdaderos estragos. La droga, por poner un ejemplo, es tu refugio, te protege de ti mism@. Rehúsas vivir y ser responsable. Tus debilidades interiores te impiden enfrentarte a la realidad y hacer esfuerzos reales.
El primer paso importante es que tomes conciencia de tu situación.
Esto requiere mucho amor y valor para afrontar o romper esta esclavitud que desordena tu vida.
¿Qué te parece empezar por abrirte a lo desconocido, a buscar, preguntar, comprobar, ... para ayudarte a centrarte, a armonizarte y aumentar tus fuerzas interiores, y así integrar con amor las diferentes carencias vividas en el pasado?
Cuando las responsabilidades ya no te asusten volverás a tomar contacto con el ser divino que eres.
Identificar el patrón de comportamiento compulsivo puede ser clave. ¿Puedes llegar a detenerte durante unos minutos, a observar la urgencia misma y a sentir ese campo de energía en tu interior? A continuación respira conscientemente unas cuantas veces y verás cómo la ansiedad pierde fuerza.
Convierte la adicción en parte de tu práctica y verás que a medida que aumente tu conciencia, los patrones adictivos se debilitarán hasta finalmente disolverse.
¿Puedes llegar a preguntarte de quién es la voz que te impulsa a ese comportamiento? ¿Puedes llegar a darte cuenta de que la que habla es la adicción?
Cada vez que estés presente en calidad de observador de tu mente, es menos probable que la voz de la adicción logre engañarte para que hagas lo que ella desea. No te dejes engañar tampoco por la voz de la culpa, porque esta otra voz está al servicio de la primera.
El siguiente mantra para ayudarte:
Mi mente está llena de paz, equilibrio, y serenidad.
El poder infinito reposa alegremente en mí, y no temo a nada, ni al pasado, ni al presente, ni al futuro.
La inteligencia infinita me conduce, me guía y dirige todos mis actos.
Afrontaré cualquier circunstancia con fe, calma, equilibrio, seguridad y confianza.
Mi mente está llena de paz, alegría y libertad.
Me perdono a mí mism@, y me siento perdonad@.
Me libero, y libero a todos y a todas las cosas.
Me libero de este hábito. Yo soy soberano.
La paz, la libertad y la confianza inundan totalmente mi mente.
Saber más sobre la farmacia del cerebro
Desencripta tu mente, descodifica tu realidad.
Tu respuesta personalizada a través de la discovery sesiön - lectura del alma, la forma más inequívoca de tomar consciencia y hallar respuestas.
La alternativa es la toma de conciencia.