El acoso (coerción, persecución, 'stalking', 'bullying', 'mobbing') es un comportamiento agresivo, reiterado e insistente que involucra un desequilibrio de poder real o percibido (jerarquía, 'superioridad moral', ventaja física, ...).
Como víctima de estos tipos de conducta te encuentras insegur@ e intranquil@ y, a menudo, te ves obligad@ a modificar tus hábitos cotidianos porque ves limitada tu libertad o vives en constante ansiedad.
Como perpetrador justificas tu comportamiento a partir de ideas preconcebidas que no han sido objeto de un sincero contraste; te colocas comodamente en una posición donde careces de perspectiva real y te dejas llevar por tus impulsos primarios.
El acoso puede gestarse de muchas formas ...
Vigilar o perseguir, sembrar el temor o el desasosiego, buscar la humillación pública, ...
Buscar contacto físico, o a través de algún medio de comunicación o de terceras personas,
Utilizar datos personales de una persona de manera indebida,
Agresión de baja intensidad física o verbal (injuria, difamación, calumnia, ...), contra una persona, sus pertenencias o individuos cercanos a esta,
Incapacitar de alguna forma el libre desarrollo de su vida, en el espacio que sea.
La clave es reconocer que tanto si eres la víctima o el perpetrador, el acosado o el acosador, la dinámica energética en ciernes es la misma.
El acoso encuentra su germen en un profundo malestar relacionado con tu autoestima.
Has estado experimentado diferentes eras, vidas, reencarnaciones, has librado batallas y sufrido múltiples heridas, y has llegado hasta aquí, y todo ello portando un atributo de falta de autoestima. Puede que incluso pienses todo lo contrario y te consideres una persona segura de ti misma, pero si te permites indagar sobre lo que hay detrás de este asunto de acoso verás que tu presunta seguridad es solo una fachada.
Como acosador, ¿Crees poder tamizar tus impulsos para sacar a la luz lo que despierta y alimenta tu necesidad patológica de subyugar, doblegar, lastimar o rebajar a otro?
Como acosado, ¿En manos de quién o de qué has delegado tu propio sistema de valores? ¿Crees poder aprender a ver que tu grandeza no depende de nadie, ni siquiera de ti?
¿Por qué crees que es tan fácil y recurrente la reconversión de acosado en acosador, y viceversa?
El hecho de que no seas consciente de tu débil autoestima solo es un síntoma más de tu desconexión. Es hora de sanar.
La 'baja conciencia' no sabe lo que no sabe. Toma decisiones basadas en 'lo que no sabe'; comete los mismos errores porque está en la oscuridad; y esto es solo un escenario de la dualidad.
Todo lo que te ha sucedido, te ha traído hasta este lugar desde donde puedes empezar a respirar con más libertad. ¡No necesitas quedarte a sufrir debido a lo que sucedió en el pasado! Es hora de sanar las heridas.
Los juicios que tienes sobre ti mism@, es precisamente ahí donde los prejuicios o la discriminación de los demás germinan o hacen mella. Es tu propia falta de seguridad, valoración y amor, es decir, son tus propias creencias sobre ti mism@ lo que crea este desequilibrio.
¿Qué te parece empezar por dejar ir los miedos que te limitan y que tienen que ver con la aprobación que puedas recibir del exterior?
¿Cómo sería redescubrir tu grandeza a través de tu amor interno por ti mism@?
Tu riqueza interna, ese amor, solo pide ser redescubierta porque cuando estás en contacto permanente con la fuente interna de sanación, de compasión y de benevolencia, te reconoces como el Ser divino que eres.
Desencripta la experiencia, descodifica tu realidad.
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