La dieta es la 'solución' preconizada por sus partidarios para combatir el resultado de los malos hábitos en la alimentación y del sedentarismo.
Los desordenes alimenticios (obesidad, trastorno por atracón, bulimia, anorexia nerviosa, vigorexia, megarexia, ortorexia, .... ) son frecuentes en las sociedades post revolución agrícola e industrial donde el autoconocimiento y la correcta gestión emocional siguen siendo marginales.
- Trastorno por atracón es un trastorno alimentario caracterizado por episodios recurrentes de ingesta de alimentos en grandes cantidades en un corto período de tiempo, la consecuente sensación de falta de control y sentimientos de vergüenza, culpa y malestar emocional. Las personas que padecen este trastorno suelen sentirse atrapadas en ciclos de atracones y restricciones alimentarias, lo que puede llevar a problemas de salud física y mental, como obesidad, diabetes, depresión y ansiedad.
- Ortorexia (ortorexia nerviosa) es una obsesión por comer solo alimentos saludables o 'puros'. Las personas con ortorexia pueden restringir su dieta hasta el punto de la desnutrición o evitar situaciones sociales donde no puedan controlar los alimentos que se sirven.
- Vigorexia (dismorfia muscular o trastorno dismórfico muscular) es un trastorno psicológico que se caracteriza por una obsesión con la apariencia física y el tamaño muscular. Las personas con vigorexia pueden pasar horas al día en el gimnasio, seguir dietas restrictivas o tomar esteroides de forma descontrolada.
- Megarexia es un trastorno alimentario en el que las personas tienen una imagen distorsionada de su cuerpo y creen que están delgadas a pesar de tener sobrepeso significativo. Las personas con megarexia pueden comer en exceso y no reconocer los riesgos para la salud asociados con la obesidad.
Lo primero de lo que debes tomar conciencia es que perder peso y adelgazar no es lo mismo. Igualmente, dieta y coherencia alimenticia tampoco son sinónimos. Delgadez y salud tampoco son lo mismo. Y que el sobrepeso no siempre tiene su origen en la alimentación.
Es fácilmente constatable que algunos médicos y otros especialistas del mundo sanitario no son capaces de distinguir entre sobrepeso y lipedema. Por no hablar del sesgo de peso. La dieta no tiene ningún efecto sobre el lipedema, y no obstante te van a recomendar que te pongas a ella.
El enfoque general tradicional diseña las dietas siguiendo el patrón de contar calorías:
ve el cuerpo como un organismo pasivo, un sistema cerrado que consume energía y gasta energía, y
considera que todos podemos actuar voluntariamente sobre los flujos energéticos, simplemente comiendo y realizando actividad física.
Este modelo tampoco optimiza el tipo de peso que pierdes o ganas, pues puedes perder peso a base de destruir músculo, consumir tus reservas de proteínas o perder agua.
Tu cuerpo no es un sistema pasivo con un gasto fijo. Si modificas la energía que recibes o se alteran tus reservas de energía (grasa) tu cuerpo intentará ajustarse de forma autónoma. Su único objetivo, maximizar tus probabilidades de supervivencia.
Si bien la lógica de comer menos y moverse más funciona inicialmente para deshacerse de la grasa fácil, poco a poco cualquier avance se volverá más difícil.
Tu cerebro tiene unas necesidades energéticas muy precisas. El cerebro humano es tres veces más grande de lo que podría deducirse a partir de su tamaño corporal. La única forma en la que el cuerpo humano pudo mantener ese enorme cerebro funcionando durante períodos de comida escasa fue desarrollando un sistema muy eficiente de almacenamiento de energía y aumentando su capacidad de acumular grasa. Es decir, nuestra facilidad para acumular grasa es el precio evolutivo que pagamos por tener un gran cerebro.
El regulador de la política energética de tu cuerpo es el hipotálamo, y éste tiene su propia idea de cuál es tu peso ideal (que no suele coincidir con la tuya).
El hipotálamo (parte del encéfalo situada en la zona central de la base del cerebro, controla el funcionamiento del sistema nervioso y la actividad de la hipófisis) tiene, entre otros cometidos, gestionar la sensación de apetito y el gasto energético. Cuando la leptina le indica que las reservas energéticas están bajando responde con latigazos de hambre (para motivarte a buscar comida) y con la reducción del metabolismo para conservar energía (menos ganas de moverse, menor temperatura corporal…), hasta que recupera un nivel de grasa con el que se siente cómodo.
Cuidado, porque si tu hipotálamo pierde la sensibilidad a la leptina, los receptores del cerebro requieren niveles cada vez más elevados de leptina para entender que tienes suficiente grasa (energía almacenada). Y eso puede conducir a situaciones en las que tienes suficiente energía acumulada pero tu cerebro sigue pensando que te estás 'muriendo de hambre'. Este fenómeno explica parcialmente el efecto "rebote" de las dietas hipocalóricas.
Recuerda que los niveles de leptina y las hormonas de la tiroides son los principales agentes que controlan el metabolismo.
Eliminar quirúrgicamente los kilos de grasa con una liposucción no modifica el punto de ajuste de tu cerebro, por lo que desde el día siguiente de la operación tu hipotálamo se pondrá a trabajar para recuperar un nivel de grasa similar al que tenía.
Tu hipotálamo utiliza señales de recompensa a la comida como un mecanismo básico para saber cuánta energía debes ingerir. Muchos alimentos industriales están diseñados específicamente para sobreexcitar tu sistema, con la combinación perfecta de azúcares, sal, aceites, almidones, edulcorantes, aromas, colorantes, potenciadores de sabor o excitotoxinas, etc. La inflamación del hipotálamo contribuye a la desregulación del sistema que controla la cantidad de grasa que almacenas, así como la resistencia a la insulina (otra consecuencia de la "dieta moderna").
Esto nos hace pensar que las dietas de pérdida de peso rápido y fácil son un fraude porque lo que venden es un resultado a corto plazo sin que tu cuerpo haya tenido la oportunidad de adaptarse y, más aún, sin que tu cuerpo haya decidido que el peso que podrías alcanzar es el que le conviene o piensa que le conviene.
Si eres una mujer, la pérdida de peso rápida por el ejercicio y la dieta puede causar irregularidades en tu ciclo menstrual, incluyendo la ausencia o el retraso del mismo. La ausencia o retraso de períodos son particularmente más probables si tienes un porcentaje muy bajo de grasa corporal.
El ejercicio compulsivo puede causar un bajo porcentaje de grasa corporal pero también pone tensión en los huesos y músculos. La 'tríada de la atleta femenina' es un síndrome que incluye amenorrea, hábitos alimenticios desordenados y osteoporosis.
Las adolescentes que hacen mucho ejercicio y hacen dieta o que están con peso bajo pueden experimentar un retraso en la pubertad. Las adolescentes sin la suficiente grasa corporal pueden no desarrollar los pechos o retrasar sus primeros períodos.
¿Crees posible empezar a diseñar tus hábitos alimenticios desde el amor a ti mism@ y no desde las convenciones sociales o las modas?
Esto significa ser consciente de lo que comes, de los nutrientes y de los elementos que componen lo que ingieres, de cómo funciona tu cuerpo. También tomar consciencia de todo el marketing y fraude (energético y nutritivo) que existe en torno a los alimentos procesados, las cadenas de distribución, la pirámide alimenticia oficial, los métodos de adelgazamiento o dietas prefabricadas.
No es suficiente con comer una cantidad concreta de calorías. Deberías comprender cuales son tus necesidades nutricionales para adaptar tu alimentación adecuadamente, en cuanto al aporte de nutrientes esenciales, proteínas y grasas.
Si quieres adelgazar, ten presente no hacer sufrir tu cuerpo y adquiere mejor hábitos saludables y estables.
¿Podrás ser estable en tu forma de comer sin ser estable en tu forma de amarte a ti mism@? La respuesta probablemente sea 'No'.
¿Qué sentido tiene que una bebida (cuyo objetivo es saciar tu sed, aportar hidratación, ...) pueda contener azúcar o glúcidos?
Los carbohidratos siguen siendo la base de la 'pirámide alimenticia oficial' por un motivo que no tiene nada que ver con la salud
En los años 70 se promovió una pirámide con mayoría de carbohidratos en la base, con hasta un 60% de la dieta, y se empezó a reducir cada vez más el consumo de grasas. Los poderosos lobbies del azúcar y de los cereales tuvieron mucho que ver en esta organización, y parece que aún siguen influyendo ya que, aunque con el tiempo este modelo se ha ido adaptando y reformulando, incluso añadiendo pautas de vida saludable como actividad física diaria o una buena hidratación, la estructura sigue siendo muy similar a la de entonces.
Los carbohidratos no aportan ningún beneficio a la regeneración celular y solo pueden ser considerados como combustible. Un combustible con muchas contraindicaciones, pues provocan una subida de glucosa en sangre que en muchos aspectos puede ser considerada como un envenenamiento y que podría llegar a ser mortal si tu cuerpo no se apresurara a eliminarla con picos de insulina.
Y mientras haya insulina en sangre el cuerpo no utilizará sus reservas de grasa para producir energía. De ahí que muy a menudo se engorde comiendo cada vez menos y pasando hambre.
Lamentablemente, hemos oído tantas veces decir que 'los carbohidratos son muy buenos y nos aportan energía' que resulta difícil aceptar que no los necesitemos para nada. Son cómodos. Punto final. Actualmente es complicado encontrar alimentos procesados que no contengan azucar.
Es cierto que para el que está muy acostumbrado a tomar grandes cantidades de carbohidratos, dejarlos de golpe puede requerir un período de dos o tres semanas de síndrome de abstinencia, hasta que se libere de su dependencia y su organismo se adapte a utilizar otras fuentes de energía. Cuidado, porque es una dependencia tan fuerte o más que la del tabaco o del alcohol.
No hay una dieta única válida para todos.
La clase de dieta que solías tener en tus vidas pasadas también te influye significativamente.
No hay ninguna respuesta genérica para la pregunta: "¿Qué debo comer?" Primero, no existen los 'deberías'. En cambio, hay buenas señales desde lo 'innato' en tu interior, que te da discernimiento sobre las cosas más saludables para tu propio cuerpo. En otras palabras: ¡Escucha tus células!
Vas a encontrar muchas personas con super consejos sobre qué comer para corregir lo que está mal en ti. En lugar de escucharlas ve a tu interior y permite que tu propio registro akáshico te diga qué va a funcionar para ti.
La solución ideal sería que encuentres una prueba que te ayude a saber qué es mejor para ti en cuanto a la dieta, y entonces no juzgar a los demás porque tienen una solución distinta.
No obstante, ¿Qué te parece empezar por el principio? ¿Crees posible aprender a amarte?
Textos originales: Adelgazarsinmilagros, Fitness revolucionario, Isodieta, Kryon
Desencripta la experiencia, descodifica tu realidad.
Tu respuesta personalizada a través de la discovery sesiön - lectura del alma, la forma más inequívoca de tomar consciencia y hallar respuestas.
La alternativa es la toma de conciencia.
