Una tormenta inesperada, un destello voraz que desdibuja el lienzo de la realidad. En un instante, el mundo oscila, fragilidad expuesta, como un vaivén de luces y sombras. Temblores e incertidumbre, frenesí caótico que rompe la armonía y fragmenta el tiempo.
📋 La epilepsia, también conocida como morbus divinus, es un trastorno neurológico que se origina en una falla en la comunicación entre las células del cerebro. El resultado es una acumulación de influjo nervioso que genera una sobrecarga y la formación de ondas de choque que pueden atacar otras partes del cerebro. Esto puede provocar convulsiones, pérdida de conciencia, alteraciones sensoriales y otros síntomas que pueden afectar la calidad de vida de quien lo padece.
Las crisis de epilepsia pueden variar en intensidad, desde la simple ausencia durante algunos segundos hasta la pérdida total de consciencia acompañada de convulsiones fuertes durante cinco a diez minutos.
Quizás percibes la vida como una constante lucha, en la que experimentas sentimientos de rechazo, violencia, ira y desesperación. Es posible que sientas que estás siendo perseguid@ y que te culpes a ti mism@ por la agresividad que sientes en tu interior, a pesar de que en realidad la rechazas.
Estás exhaust@. Demasiados esfuerzos, ¿Y todo para qué?
Puede que sientas que la vida te trata mal y te resulte difícil aceptarla. Tal vez te gustaría desconectar de tus emociones y abandonar todo, pero a la vez eres indulgente con la idea de ser 'apalead@' o permites que la violencia de la vida te afecte sin resistencia.
El rechazo hacia ti mism@ se vuelve extremo. Vives un perpetuo conflicto de individualidad.
Durante las crisis de epilepsia, tu cuerpo se pone rígido para protestar contra estas heridas y las convulsiones irrumpen, para dejar salir tu cólera, tu amargura y tu agresividad largamente reprimidas.
Parece que no tengas otra alternativa que la de dejarte ir a los sentimientos intensos que te habitan.
Tu mental no tiene, en ese momento, ningún control.
La epilepsia es un gran aviso de tu enorme necesidad de amor y atención.
Durante la infancia, pudiste haber experimentado una fuerte sensación de culpa que todavía te persigue hasta hoy en día, lo que puede haber convertido tu vida en una lucha constante. Incluso puede haber raíces más profundas, como el tiempo en el útero materno, que pueden haber influido en tu afección. Es como si tu vida se hubiese convertido en un combate continuo.
Se puede tratar de una experiencia traumática en la infancia, como un abuso o rechazo, o una separación dolorosa que ha dejado una huella en la persona y afecta su vida adulta.
La crisis de epilepsia puede ser un modo de obtener o ganar más atención o un medio para reforzar tu sentimiento de superioridad.
La sobrecarga en el circuito nervioso es una señal de que enfrentas una carga emocional excesiva en tu vida diaria, lo que puede influir en tu percepción de la realidad. A veces, puedes adoptar una actitud arrogante y pensar que lo sabes todo, o puedes tener la tendencia a evadirte de la realidad objetiva, refugiándote en lo abstracto o en el reino psíquico.
La epilepsia también puede ser la consecuencia de un miedo extremo (miedo a la muerte, miedo a la enfermedad, miedo a perder a alguien, ...).
¿Crees poder empezar a ser consciente de tu vida interior? Dejar de centrarte en lo negativo.
¿Qué tal abrirte al amor y a la salud?
Desencripta la enfermedad, descodifica tu realidad.
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La alternativa es la toma de conciencia.