Un vínculo ancestral, herencia inmutable, un legado impreso en cada marca invisible trazada en los genes, testigos silenciosos de un destino incierto. Otras veces en la matriz de la vida, en silencio, se gesta una desarmonía, sin aviso ni alerta, una danza temprana, un desafío en un cuerpo aún en formación. En otras ocasiones, es en la tierna infancia, la inocencia se ve desafiada por desequilibrios o disfunciones inesperados. Patios de juegos vacíos, cuerpos vulnerables, energía en pausa.
📧 A menudo nos formulan la pregunta: "- ¿Qué es lo que sucede entonces con los niños pequeños y estas dolencias .... ya que ellos aún no han vivido lo suficiente?"
Es una pregunta compleja. Hay varios elementos a tener en cuenta.
Cada ser encarna en las mejores condiciones para su evolución, aunque las apariencias lo contradigan.
Cuando encarnamos (hasta ahora) traemos con nosotros karma o conflictos no resueltos de orden personal, familiar, étnico, ...
El origen metafísico de la enfermedad puede hallarse en uno de los progenitores o en ambos, aunque ellos no forzosamente hayan desarrollado la patología.
No debes olvidar que el feto percibe todos los sentimientos de la madre, que a su vez hace de antena de los sentimientos del padre, de la familia, ...
Los niños son sensibles y receptivos a los pensamientos de quienes los rodean. A menudo no hacen otra cosa que exteriorizar las creencias de sus propios padres.
Hay una probabilidad importante de que la expresión de la enfermedad manifieste la dolencia interior de uno o de otro de los progenitores. Puede que estos no desarrollen ninguna enfermedad, pero la gran sensibilidad del pequeño lo conecta a la realidad interior de sus mayores.
Las madres atraen inconscientemente sobre sus hijos la enfermedad y los desastres, temiéndolos continuamente y vigilando sus síntomas.
Estos elementos, que no excluyen otros, son suficientes para explicar las enfermedades de nuestros más pequeños.
No negaré que para una madre o un padre esto sea difícil de aceptar. Y lo más importante es descartar la culpa, en cualquier sentido. La toma de conciencia es necesaria a todos los niveles.
Te recomiendo, entre otros, el artículo sobre el nacimiento. Y aunque no sean dolencias relacionadas, puedes ver el artículo sobre la psicosis en la que se hace referencia a la psicosis infantil, y el de la hiperactividad, por sus connotaciones.
En cualquier caso, es bueno que le hables a tu niño en pensamiento o en palabras, con el corazón abierto, para decirle cuánto es amado, apreciado y cuánto estás atent@ a sus necesidades.
Tabla original Virginia Blanes
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La alternativa es la toma de conciencia.