La vida parece inclinarse hacia un lado, tu cuello atado por un dolor sordo y persistente, como una cadena de hierro que encadenara tu propia mente. El mundo gira, pero tú estás atrapad@ en tu propia mirada, incapaz de escapar del agarre. Tensión y postura encorvada, un dolor palpable en cada latido. ¿Es la vida una lucha en la que eres prisioner@ de tu propia limitación?
📋 La tortícolis, contracción muscular prolongada que afecta a los músculos del cuello, demuestra, entre otras cosas, que vives mucha inseguridad.
Te resistes a ver todas las facetas de las diferentes situaciones que estás viviendo.
Los músculos de tu cuello se contraen, tu cuello se pone rígido y no consigues girar la cabeza.
Tu inflexibilidad te impide apreciar la ayuda que está a tu disposición y que te ayudaría a hacer evolucionar las cosas que tan difíciles te parecen.
Prefieres mantener la cabeza inmóvil y asociar tu dolor a un 'golpe de frío' o a una 'mala postura'.
¿Crees posible tomar conciencia de que la frialdad afectó tu corazón, y provocó un bloqueo energético?
También puede que estés intentando huir de una situación incómoda que te pide afirmarte y tomar tu lugar.
¿Podrías detenerte un momento para constatar en qué dirección rechazas mirar o qué es lo que tanto te obstina?
Si aceptaras abrirte a un nuevo modo de ver las cosas o a nuevas ideas, tu vida mejoraría y tu tortícolis desaparecería.
¿Quizás haya una persona, una cosa o una situación, que deseas realmente desde lo más hondo de tu corazón? Pero que no te atreves a mirar por timidez, vergüenza o por tu (excesivo) sentido moral.
Si la rigidez te impide girar la cabeza de izquierda a derecha, puedes empezar por preguntarte a quién o a qué no te atreves a decir "- NO".
Si, al contrario, tienes dificultad para decir "- SÍ" con la cabeza, puedes revisar tu tendencia a rechazar siempre las nuevas ideas.
¿Qué te parece empezar por escuchar a tu cuerpo que te invita a aceptar ver y apreciar el momento presente?
¿Cómo sería reconocer todas las nuevas cosas que forman parte de tu vida?
Desencripta la enfermedad, descodifica tu realidad.
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La alternativa es la toma de conciencia.