En lo más íntimo de tu sexualidad, una sombra se cierne, un eco de frustración y duda. Barrera invisible que te aprisiona, entrelazando tus deseos en un nudo de incertidumbre, te sumerge en una danza de inseguridad y ansiedad, robándote la confianza. Enemigo sigiloso que te desafía, empañando tu identidad.
📋 Como hombre eres incapaz de conseguir o mantener una erección durante una relación sexual y esto te lleva a vivir insatisfacción en tu vida amorosa.
Aunque la impotencia puede tener una causa física (biológica) o ser el resultado de la ingesta de drogas o alcohol, debes considerar el origen metafísico (más allá de lo físico) de esta dolencia, que puede ser muy diverso:
La impotencia frecuentemente está vinculada al miedo a abandonarte a una pareja y también a perder el control frente a ti mismo o frente a la otra persona.
Siendo hombre, frecuentemente tienes muchas responsabilidades y puedes vivir mucha tensión y estrés en el trabajo, porque la sociedad en general te pide siempre que busques la excelencia (mejores resultados, mejores plazos, mejores ...).
Transponiendo esta petición a tu sexualidad, puedes sentirte presionado en el plano sexual.
Al no atreverte a hablar de ello con tu pareja, haces crecer tu culpabilidad, confusión, hasta llegar a sentir miedo de perder a la otra persona.
Sabiendo que la erección depende del sistema parasimpático, el mismo que hace más lentos los latidos del corazón y la respiración, dilata los vasos, etc. (mientras que la eyaculación depende del sistema simpático), la impotencia y la eyaculación precoz tienen un punto en común: la sobreexcitación del sistema simpático debida a la ansiedad.
A. Van Lysebeth
Vives una gran ansiedad durante tus relaciones amorosas ...
Esta angustia puede proceder del hecho de que, durante una relación sexual, estás más en contacto con tu aspecto afectivo (lado femenino) y no estás acostumbrado a maniobrar con tus emociones.
Esto te hace entrar en contacto más consciente con tu niño interior herido que puede vivir inseguridad, miedo, rechazo, incomprensión.
Puede incluso verse acentuado si en tus anteriores relaciones sexuales tuviste la sensación de vivir situaciones que te parecieron desvalorizantes.
Tu inseguridad, tu sentimiento de incapacidad o fracaso, de odio de ti mismo, de culpabilidad o de negligencia pueden llevarte también a vivir impotencia sexual.
La marcha de tu mujer o pareja puede vivirse como una separación tanto emocional como física, y ya que la unión sexual ya no es posible, tus órganos sexuales pierden su sensibilidad.
La impotencia puede también tener su origen en un suceso pasado que te marcó: abuso físico o psicológico en la tierna infancia; rencor almacenado durante una relación afectiva anterior o sentimiento de haber sido víctima de una traición.
O puede tener su origen en un aspecto más profundo y complejo de en la manera en que te percibes y te conectas contigo mismo, y con los demás. Es en ese espacio interno donde se teje la tela de tus creencias, miedos y expectativas, y es ahí donde también puede residir la raíz de esa dificultad para experimentar plenamente tu sexualidad. Explorar y comprender esa autopercepción puede ser el primer paso hacia la reconciliación y el despertar de tu deseo más íntimo.
Puede que la impotencia sea un modo de ejercer control sobre el otro, castigando sexualmente a una pareja que abusa o pide demasiado.
Puedes tener la sensación de que tu territorio (posesiones, entorno inmediato, aquello con lo que te identificas) está en peligro.
Puedes tener una pérdida de interés hacia las mujeres (o ...) en general y esto se transpondrá en el plano físico si el desinterés perdura durante mucho tiempo.
La impotencia sexual puede manifestarse si identificas a tu pareja con tu madre, o si esta ocupa un lugar demasiado importante en tu vida (te sometes a ella y tienes miedo de disgustarla, te sientes impotente para hacerla feliz o complacerla).
O puede que no hayas resuelto satisfactoriamente el complejo de Edipo (generalmente entre los 3 y los 6 años el niño desarrolla un fuerte lazo afectivo con el progenitor del sexo opuesto - la madre - que le empuja a desear ser su pareja de vida). En las niñas este complejo se conoce como complejo de Electra.
Sea cual sea el origen de tu impotencia, ¿Crees posible volver a definir tu lugar?
¿Cómo sería tomar contacto con tus emociones y soltar el control para que la energía circule libremente por todo tu cuerpo?
Liberarte de tu carga mental te permitirá experimentar una relajación física y emocional más saludable, necesaria para una vida sexual gozosa.
Desencripta la enfermedad, descodifica tu realidad.
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