
En los confines de tu ser, se oculta el terror silente, un eco de angustia que se enreda en tu mente. Como sombras acechantes, tus miedos se despliegan, paralizando tus pasos, anulando tus reflejos. Sudor frío que se desliza por tu piel moribunda. Un laberinto de temores, una trampa sin salida con afilados dientes.
📋 Las fobias son reacciones desproporcionadas, muchas veces cercanas al pánico. Son miedo intenso e irracional, de carácter enfermizo, que causa una persona, una cosa o una situación.
Estas reacciones están fuertemente vinculadas al miedo inconsciente a la muerte. Un tipo dominante de fobia es el miedo a algo que ocasionalmente puede dañar a las personas, pero que casi nunca es así (arañas, volar en avión, ...).
Un miedo se convierte en fobia cuando te ves obligad@ a cambiar tu forma de vida para manejarlo. Tu miedo extremo o irracional restringe severamente tu vida.
Probablemente, eres una persona muy sensible, receptiva a varios niveles (sobre todo psíquico) y dotada de una imaginación muy fértil.
Otra característica es ser muy dependiente en el plano afectivo, sobre todo en tus lazos materno-filiales.
Tienes dificultad para discernir 'tu verdadero yo' de tus propias creaciones en el plano psíquico, es decir, de las formas-pensamientos que alimentan tus angustias.
¿Eres todo una esponja? Si absorbes las emociones ajenas (sobre todo los miedos) sin discernir o filtrar, ni proteger lo que realmente es tuyo, incrementarás tanto tus miedos como los de los demás.
Tu tendencia natural es el repliegue sobre ti mism@. Te sientes responsable de todo y comunicas poco (excepto, quizás, con una persona de tu confianza). Te aíslas por temor a apartarte de esta forma de seguridad.
Puedes incluso llegar a pensar (erróneamente) que sufres locura.
Te angustias fácilmente por todo. Y tan pronto como una experiencia te estimula demasiado (nacimiento, accidente, fallecimiento, catástrofe, ...) corres el riesgo de ahondar aún más en tus angustias (ruidos, gente, ...).
Además, tu nivel de crítica suele ser alto porque vives mucha inseguridad.
Las dos fobias más comunes:
Agorafobia (viene de la palabra latina 'agora' que significa 'plaza pública') es el pánico a la muchedumbre y en general a los espacios abiertos.
Sobreentiende muchas veces un conflicto con tu madre, a quien criticas constantemente.
Claustrofobia (viene de la palabra latina 'claustro' que significa 'encerrado') es el miedo irracional de ahogarse o estar atrapado en una situación o en un lugar cerrado (ascensor, avión, cueva y túnel) donde no tienes ningún control sobre lo que acontece.
Se manifiesta como una angustia o como una espera inquieta y opresiva, aprensión de 'algo' que podría ocurrir, con una tensión difusa, espantosa y generalmente sin nombre.
Otras fobias:
Acrofobia: miedo a las alturas que se manifiesta frecuentemente con vértigo.
Tienes miedo a no estar a la altura, de no poder cumplir todo lo que tu madre te pide.
Algofobia: miedo al dolor.
Estás a un paso de rehusar vivir las situaciones y las experiencias de todos los días, poco importa su intensidad, para evitar sentir vergüenza o culpabilidad.
Androfobia: miedo a los hombres.
Tu inseguridad con respecto a tus capacidades sexuales, o a tu 'supuesta inutilidad', se manifiesta ante la proximidad de un hombre, que a su vez representa el pensamiento lógico, la fuerza bruta y la acción.
Antropofobia: miedo a la gente.
Tus actitudes y tus sentimientos interiores están en tela de juicio. La gente que es capaz de percibir tu inseguridad es una 'supuesta amenaza' a tu integridad.
Batofobia: miedo a la profundidad.
La 'supuesta amenaza' proviene de tu 'supuesta incapacidad' para proveerte de todo lo que necesitas.
Catagelofobia: miedo al ridículo.
Su origen remonta a tus problemas con las figuras de 'autoridad'; sentimientos de vergüenza, temor o culpabilidad.
Cinofobia: miedo a los perros.
Tus relaciones personales más cercanas, tus cargas familiares, suponen una 'gran amenaza', ya no por lo que pueda acontecer en estos momentos, sino por tu miedo a que cambien o se compliquen.
Demofobia: miedo a las multitudes.
Y a pesar de ello, tu temor más profundo es a la soledad, fruto de tu timidez, el miedo que tus relaciones sociales te generan.
Eritrifobia: miedo al color rojo.
Proviene del miedo a perder el control y dejarte llevar por la pasión, como única forma de sentirte viv@.
Entomofobia: miedo a los insectos.
Tu inseguridad nace de tu temor a verte superad@ por los pequeños obstáculos o dificultades del día a día.
Ginofobia: miedo a las mujeres.
Tu inseguridad nace de tu desconexión con tu sensibilidad, con tu intuición.
Gordofobia: repulsión hacia las personas con sobrepeso u obesidad.
Tu inseguridad se refleja en el cuerpo de la otra persona (gorda), que te hace de espejo.
Hidrofobia: miedo al agua.
Es el miedo a verte superad@ por tus emociones.
Hipnofobia: miedo al sueño.
Es el miedo a perder el control, a tu conexión con el mundo de lo no visible.
Hodofobia: miedo a los viajes.
Tu inseguridad nace de tu desconexión con tu ser interior, que te empuja a ver al mundo como un sitio hostil, donde la falta de referentes o de control sobre los acontecimientos son sinónimos de muerte.
Lofobia: miedo a los venenos.
Tu inseguridad nace del miedo a la traición y a la infidelidad.
Misofobia: miedo a las inmundicias.
Es miedo a examinar con sinceridad el pasado.
Nictofobia: miedo a la oscuridad.
Tu miedo tiene su origen en tu sentimiento de soledad, y la constante inseguridad que eso genera en ti.
Patofobia: miedo a la enfermedad.
Es miedo a reconocer que no eres feliz.
Pedofobia: miedo a los niños.
Tu inseguridad nace de tu vulnerabilidad a la crítica, a sentirte herid@ por el juicio de otros, y verte relegad@.
Tanatofobia: miedo a la muerte.
Miedo a vivir plenamente, miedo a los cambios.
Tocofobia: miedo a todo lo que implica la gestación, el parto y el hecho de ser madre.
Miedo a expresar tu lado creativo.
Traumatofobia: miedo a los accidentes.
Miedo a perder el control sobre los demás.
Tripofobia o 'fobia al patrón repetitivo': miedo o repulsión a figuras geométricas muy juntas, especialmente hoyos pequeños y rectángulos muy pequeños.
Tienes tendencia a guardar rencor y te cuesta perdonar.
Tripanofobia: miedo a las agujas, las inyecciones u otros objetos punzantes.
Miedo a sentirte vulnerable y a desvelar tu mundo interior.
Zoofobia: miedo a los animales.
Tu inseguridad nace de tu 'supuesta incapacidad' para gestionar o adaptarte a los diferentes comportamientos humanos.
Todas las fobias comparten las mismas fuentes profundas.
Las fuentes profundas de todas las angustias se encuentran frecuentemente en el niño que fuiste y se vinculan generalmente con el miedo al abandono, a perder el amor de un ser querido y al sufrimiento. Cuando te encuentras en una situación similar, la angustia vuelve a aflorar. Cada vez que uno de estos miedos reaparece o que vives una situación imaginaria o real, tu inconsciente lo capta como una señal de alarma; así la angustia reaparece aún más fuerte.
¿Cómo sería cambiar tu actitud, aceptando tus miedos uno a uno, sin juzgarlos? Sabes que envenenan tu vida, pero también pueden hacerte progresar.
¿Qué tal empezar por aprender a amarte y a aceptarte (sin reticencias)? Amar (aceptar) tu lado materno y protector.
¿Crees posible construir un universo físico e interior lleno de felicidad, sin crítica, ni dependencia?
¿Podrías empezar a trabajar tu comunicación verbal y tu creatividad?
Eres responsable de tu propia felicidad. Puedes empezar por cuestionar que seas el origen tanto de la felicidad como de la desgracia de los demás.
Anticiparte a los temores que frenan tu poder creativo te ayudará a controlar mejor tu vida y tus impulsos interiores.
Y una sexualidad activa y equilibrada tendrá la ventaja de hacerte soltar cualquier fijación emocional.
Desencripta la enfermedad, descodifica tu realidad.
Tu respuesta personalizada a través de la discovery sesiön - lectura del alma, la forma más inequívoca de tomar consciencia y hallar respuestas.
La alternativa es la toma de conciencia.