La frustración es la respuesta de tu mente al incumplimiento de tus deseos, de tus expectativas o de tus necesidades.
Este estado emocional se acompasa de un gran malestar, decepción, desesperación, ira y un inefable estado de vacío no saciado.
A veces tus expectativas son solo trampas mentales, y te aferras al 'cómo debería ser' sin ser consciente de que no estás viendo el panorama completo, ni eres capaz de entrever otras posibilidades aún mejores.
Si tu frustración se deriva de 'las alas prestadas a otros', de lo que crees que deberían hacer esas otras personas para hacerte feliz, puedes estar segur@ de que eres tú, y no ellos, el que tienen la solución.
Algunas veces cuando llegas a los niveles más oscuros, a los niveles de la mayor desesperación, es cuando estás a punto de hacer un gran cambio. ¿Por qué es así? Es así porque eso te exige que dejes de lado todo lo que pensabas que eras. Te obliga a dejar ir tus viejas historias, a liberar cosas que ya no te sirven, que solo te lastran. Y, sí, se siente terrible pasar por eso.
De hecho, cuando por fin te das cuenta de que ya nada funciona, de que lo viejo no funciona, y que por mucho que lo intentas sigues obteniendo el mismo decepcionante resultado, una y otra vez, te llenas más y más de frustración, de desesperación y depresión hasta que finalmente abandonas y te rindes. Y permites el cambio, que tanto ansiabas y sin embargo tanto bloqueabas.
A veces toda esa irritación y frustración que sientes es sólo puro aburrimiento y todo eso es energía reprimida que va a liberarse. Y cuando se libera, va a liberar una gran cantidad de cosas que estaban muy, muy atascadas dentro de ti, entonces puedes finalmente comenzar a experimentar la libertad. Eso es lo que el alma es, es libertad, es el 'Ser Libre', es la conciencia libre, no la conciencia limitada humana. Es simplemente libertad.
Cuando llegas al lugar en que la bifurcación del camino resulta evidente, no puedes seguir adelante. Tienes que decidirte por uno de los dos caminos, pues si sigues adelante de la manera en que ibas antes de llegar a este punto, no llegarás a ninguna parte.
El único propósito de llegar hasta aquí fue decidir cuál de los dos caminos vas a tomar ahora. El trayecto que te condujo hasta aquí ya no importa. Ya no tiene ninguna utilidad.
Nadie que haya llegado hasta aquí puede decidir equivocadamente, pero sí puede demorarse. Y no hay momento de la jornada más frustrante y desalentador, que aquel en el que te detienes ahí donde el camino se bifurca, indeciso con respecto a qué rumbo seguir.
Puedes tomar conciencia de tu búsqueda incesante por impresionar a los demás, por ser aprobado, reconocido.
Al tiempo que decides asumir la responsabilidad de tu felicidad.
Las emociones nacen con la necesidad básica de ser reconocidas.
Si estás frustrad@ debes reconocer que lo estás.
Reconocer descarta ocultar, reprimir, alimentar, cobijar, o accionar a partir de su condicionamiento o impulso.
Una vez reconocida, permite que sea tu divinidad la que se haga cargo de la emoción. Recuerda que la emoción es parte intrínseca de la experiencia humana.
¿Qué tal empezar por dejar de poner el foco en tu personaje? Ser libre del constructo mental que te ha servido hasta ahora para identificarte como humano, y empezar a confiar en tu divinidad.
¿Cómo sería ponerte 'el manto del espíritu'? Llevar contigo la conexión con tu Ser superior y avanzar hacia tal equilibrio que tus sentimientos estén basados en el respeto y el perdón, sin el resto de equipaje, solo en el amor. Honrar al que está a tu lado, porque su proceso está estrechamente relacionado con el tuyo.
Desencripta el entramado emocional, descodifica tu realidad.
Tu respuesta personalizada a través de la discovery sesiön - lectura del alma, la forma más inequívoca de tomar consciencia y hallar respuestas.
La alternativa es la toma de conciencia.