La ira (sin. rabia, enojo, cólera, furor, furia, indignación, irritación, vesania, cabreo, odio) puede llegar a exteriorizarse de forma brutal: excitación tanto física como verbal progresivamente creciente, acompañada de gritos, ruptura de objetos, agresividad, temblores, ....
... pero normalmente la ira es simplemente un 'grito de alarma', la manifestación de una rebelión interior, un violento disgusto acompañado de agresividad.
No confundas 'vivir con ira' con 'estar enfadad@'. Tienes todo el derecho a sentirte enfadad@, porque las cosas a veces simplemente están o salen mal. Vivir con ira es alimentar ese sentimiento hasta identificarte con él, aunque lo hayas reprimido hasta el punto de que sea subconsciente.
Desde un punto de vista evolutivo, la ira puede ser un punto de apoyo por el cual los oprimidos son finalmente catapultados a la libertad, pudiendo conducir a cualquier acción constructiva o destructiva. Sin embargo la ira se expresa más a menudo como resentimiento o como un estilo de vida: 'persona irritable', 'coleccionista de injusticias', litigioso, camorrista, ...
Antes de los dos años, es un simple medio de reaccionar o exteriorizar una dolencia interior (frío, hambre, etc.) pero con el tiempo se transforma en un medio de oposición y de reacción a las prohibiciones, pudiendo volverse un medio de chantaje afectivo y de dominación.
Frecuentemente tus actos parten de una visión distorsionada de la realidad según la cual el mundo debería responder o ajustarse a tus propios deseos y percepciones.
El miedo es siempre un signo de tensión que surge cuando hay conflicto entre lo que deseas y lo que haces. Esta situación se presenta de dos maneras: Primera, puedes elegir hacer cosas conflictivas, ya sea simultánea o sucesivamente y esto da lugar a un comportamiento conflictivo, lo cual te resulta intolerable porque la parte de la mente que quiere hacer otra cosa se enfurece. Segunda, puedes comportarte de acuerdo a cómo crees que debes, mas sin querer hacerlo realmente y aunque esto último da lugar a un comportamiento congruente, conlleva gran tensión. En ambos casos, la mente y el comportamiento están en desacuerdo, lo cual da lugar a una situación en la que estás haciendo algo que realmente no quieres hacer. Esto suscita una sensación de coerción que normalmente produce furia y muy probable también acabe generando proyecciones.
Deberías saber que el ego narcisista es competitivo y tiende a sentirse despreciado e insultado, cuando está inflado de ira trata de parecer fuerte y formidable, se aferra al pasado para justificar y alimentar rencores y viciar la culpa.
Cuando algo te molesta tanto que te hace explotar, puedes estar viviendo un sentimiento de inferioridad, injusticia, frustración, incomprensión, impotencia, ... que puede ser exagerado o crecido por tu gran emotividad y tu impulsividad.
Estas emociones que te invaden se manifiestan generalmente en el hígado. La aparición de toxinas pueden generar una crisis de hígado. Tus tendones y tus ojos también pueden sufrir.
Los arranques de ira y la irritabilidad extrema pueden ser síntomas de depresión, en el caso de los hombres.
Tus pensamientos enloquecen, se atropellan, crecen tanto que ya no ves claro. Sube tu presión y te vuelves rojo de ira. Pero de facto tu sublevación es inútil y es más nociva para ti que para los demás.
Alimentar el odio te hace detestar a las personas, te invita a ser vil, a herir y a proyectar tus emociones sobre los otros, desde la percepción de la injusticia vivida.
Tras una ruptura amorosa puede que tu ira, mezclada con tristeza, dolor, sentimiento de abandono, frustración y culpa, te haga justificar el actuar vengativamente, desde el drama de un corazón herido y traicionado. Aunque comúnmente se considera que el despecho es una parte más del proceso de duelo, lo cierto es que solo estás exteriorizando tu propia inseguridad personal, permitiendo que el resentimiento se instale en tu centro emocional.
El resentimiento es un veneno muy potente para la piel, el corazón, el estómago, el hígado, las articulaciones inferiores y los ojos. El despecho es un mal antídoto, más bien acciona un proceso metastásico emocional, porque el resentimiento pasa a ser parte integrante de tu identidad y, por lo tanto, de tu nivel de conciencia: 'Soy un ser resentido'.
Cuando vives con ira, odio, rabia, tienes la sensación de que algo se quema dentro de ti; en particular aparato digestivo, pulmones, vesícula biliar e hígado.
En la evolución de estos signos que manifiesta el cuerpo, se anuncian 'dolencias' cada vez más graves. Pudiendo incluso atraer un cáncer, escenario muy vinculado a emociones inhibidas y a un profundo resentimiento.
Las emociones nacen con la necesidad básica de ser reconocidas.
Si estás enfadad@ debes reconocer que lo estás.
Reconocer descarta ocultar, reprimir, alimentar, cobijar, o accionar a partir de su condicionamiento o impulso.
Una vez reconocida, permite que sea tu divinidad la que se haga cargo de la emoción. Recuerda que la emoción es parte intrínseca de la experiencia humana.
La persona iracunda y condenadora, que envía pensamientos y palabras destructivas hacia otra, recibe de vuelta la cualidad negativa con que cargó sus sentimientos, palabras y pensamientos. En cambio, la otra, si está estabilizada en su poder divino, recibe la energía que le haga falta. Así el creador de discordias a través de su ira y condenación se está destruyendo a si mismo y a su mundo.
¿Crees posible identificar el conflicto que se repite inconscientemente y que incluso puede proceder de situaciones que no has resuelto desde la infancia? Es un ejercicio de autohonestidad sobre los motivos verdaderos de tus sentimientos.
El pasado ya no existe, es sólo tu percepción, tus recuerdos. ¿Cómo sería ser libre del pasado? Aceptar que los seres humanos somos falibles y limitados, en gran parte porque no somos capaces de ser autohonestos.
¿Qué te parece empezar por aceptar abrirte al amor que puedes manifestar aquí y ahora? Aprender a perdonarte y a perdonar a los demás, aceptando comprender personas y situaciones de otro modo.
Desencripta el entramado emocional, descodifica tu realidad.
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La alternativa es la toma de conciencia.