El miedo siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo. Tú estás en el aquí y ahora, mientras que tu mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad. Si te has identificado con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, esa brecha de ansiedad será tu constante compañera.
El miedo, por definición, es un temor o aprensión que sientes frente a un peligro real o imaginario (sin. terror, pavor, pánico, espanto, horror, alarma, recelo, aprensión, desconfianza, canguelo, turbación, desasosiego, cobardía).
Si bien el miedo es una emoción natural y primitiva que te alerta de la presencia de un peligro o amenaza, muchas veces el miedo está más estrechamente ligado a un intento extremo de evasión del dolor y del sufrimiento.
Cuando tienes miedo, tu corazón late en desorden, todo tu cuerpo se tensa.
El miedo toma lugar en tu interior. El miedo nubla el entendimiento, bloquea la razón, te hace decir cosas que no quieres decir, te hace hacer cosas que no quieres hacer y crea un infierno al que nunca quisiste entrar.
Siempre que tienes miedo es señal inequívoca de que le has permitido a tu mente crear falsamente. Eres demasiado tolerante con las divagaciones de tu mente, y condonas pasivamente sus creaciones falsas.
El objeto de tu miedo puede ser el miedo al fracaso, abandono, rechazo, el miedo de resultar herido, ... y se vuelve tan real a tus ojos, que todo tu cuerpo reacciona y en particular tus riñones. Tus huesos pueden llegar a sufrir.
El miedo sólo aumenta las probabilidades de que suceda todo lo que temes (por la ley de la atracción). El miedo a la enfermedad misma puede ser un factor determinante para la aparición de ésta.
¿Por qué preocuparse por algo que probablemente nunca suceda?
Es importante que tomes consciencia que son tus miedos los que controlan tu vida y no la gente o las situaciones. Las dudas y el miedo no hacen sino envenenar el espíritu y el cuerpo; entonces, la imaginación se desencadena y se provoca de ese modo el desastre y la enfermedad.
Los siete miedos fundamentales son: (1) el miedo a la muerte, (2) el miedo a la enfermedad, (3) el miedo a lo desconocido, (4) el miedo a la pobreza o al fracaso, (5) el miedo a perder el amor, (6) el miedo al dolor, (7) el miedo a la crítica o a ser rechazado.
A menudo la escuela puede haber actuado como inhibidor de tu curiosidad, tu creatividad y tu libertad de movimiento y pensamiento. El miedo al ridículo, a ser diferente, limitará el desarrollo de tu potencial una vez adulto.
No obstante el miedo adopta muchas formas (desazón, preocupación, ansiedad, nervios, tensión, temor, fobia, etc.) ya que el contenido de las fantasías individuales difiere enormemente. Están compuestas de imágenes que no se pueden ver y de sonidos que no se pueden oír. Constituyen un mundo privado que no se puede compartir, pues está poblado de figuras procedentes de tu pasado individual, y ésa es la razón de que los mundos privados difieran tanto entre sí. En ese mundo rondas sol@, ya que únicamente tu las percibes.
Los que viven con miedo pueden ser muy destructivos, pues no se dan cuenta de que se han condenado a sí mismos. No desean morir, sin embargo no dejan de condenar. De esta manera, cada uno se aísla en su propio mundo, en el que reina el desorden y en el que lo que está dentro aparenta estar fuera.
Todo el mundo se acerca a lo que ama y se aleja de lo que teme. Y tú reaccionas con miedo ante el amor y te alejas de él. Sin embargo, el miedo te atrae, y tomándolo por amor, lo invitas a que venga a ti. Tu mundo privado está lleno de figuras tétricas que tú mismo has invitado, por lo tanto, no puedes ver todo el amor que el mundo te ofrece.
¿Cómo sería sustituir el miedo por la confianza?
La confianza y la paz interior nace cuando empiezas a sustituir el futuro y el pasado por el momento presente. Es a partir de entonces cuando tu mente se aquieta.
Cada vez que sientas miedo por algo pregúntate ¿Y entonces qué? y sigue el hilo que te presenta tu mente egóica formulando la misma pregunta una y otra vez. En algún momento ese hilo conductor te lleva a la muerte física. ¿Y entonces qué?
El miedo limita tu potencial real.
Lo mejor que puedes hacer con el miedo es aceptarlo, darle nombre y enfrentarlo. A veces ni siquiera es necesario enfrentarlo porque el solo reconocimiento basta para empoderarte.
Curiosamente todas las experiencias cercanas a la muerte eliminan todo temor a la muerte.
Cuando la muerte es aceptada y entregada a un Ser superior el núcleo de todos tus temores se desvanece.
¿Qué te parece empezar por tomar consciencia de que la vida es sólo un camino de aprendizaje espiritual y que las apariencias son engañosas?
Para estar en paz debes haberte entregado a los inevitables de la vida, pues toda resistencia te acerca al miedo que tiende a reforzarse a si mismo.
Texto original: 'Miedo y sabiduría' por Kryon
No confundas miedo con 'fobias' que suelen tener su origen en el inconsciente colectivo o en vidas pasadas.
¿Sabías que en el proceso del despertar o de la iluminación puedes experimentar episódios de miedo o incluso pánico?
Este fenómeno responde por una parte a una mayor conciencia de tu entorno (energías, seres, ...), y por la otra, a la sensación de estar muriendo en tu identificación con un personaje, limitado, cierto, pero familiar.
Una parte de tu identidad como human@ está agonizando. Puedes experimentar también fuertes dolores localizados pero móviles, pérdidas temporales de tus capacidades intelectuales, insomnio o cansancio extremo, pensamientos suicidas, ...
No te preocupes, es pasajero.
Respira hondo. No estás sol@. Respira hondo.
¿De qué tienes miedo? Identificar tus miedos te permitirá iniciar el camino de vuelta a la coherencia en tu vida.
Una vez hayas identificado ese miedo encuentra su opuesto y desencripta la trampa o el obsesivo circular que tu ego ha tejido. Por ejemplo:
Miedo a la muerte
Lo contrario a la 'muerte' es la 'vida'. No sabes vivir, no te permites vivir y gozar de esta vida.
Miedo a la soledad
Lo contrario a la 'soledad' no es 'tener compañía' pues puedes sentirte muy sol@ estando rodead@ de mucha gente; tampoco es 'estar con alguien' pues esto sería 'miedo a la pérdida'. Lo contrario a la soledad es sentirte 'conectad@ contigo mism@'. Si te reconectas con tu interior tendrás que dejar de ir mendigando.
Miedo al fracaso
Lo contrario al 'fracaso' es el 'éxito'. Si tienes éxito tendrás que dejar de ir de víctima por la vida.
Las emociones nacen con la necesidad básica de ser reconocidas.
Si sientes miedo debes reconocer que estás asustad@.
Reconocer descarta ocultar, reprimir, alimentar, cobijar, o accionar a partir de su condicionamiento o impulso.
Una vez reconocida, permite que sea tu divinidad la que se haga cargo de la emoción. Recuerda que la emoción es parte intrínseca de la experiencia humana.
¿Crees posible desencriptar la incoherencia que habita en tu forma de ver la vida? ¿Qué es lo que te aparta de tu verdadero poder, que te niega la creencia de que 'eres digno de amor' y que te impide gozar de esta vida?
¿Crees posible recuperar tu libertad, tu equilibrio y el amor en tu vida?
Equilibrio significa paciencia, tenacidad y abandono de todo tipo de miedo. Recuerda que dentro del miedo está el apego. El apego se reviste de muchas necesidades, pero en el fondo es miedo.
El siguiente decreto puede ayudarte:

Ahora rompo por medio de mi palabra todas la impresiones falsas que hay en mi subconsciente. Todo eso regresará a la nada, pues todos los pensamientos vanos salieron de mi imaginación. Ahora, grabo nuevas directrices en mi subconsciente por el poder del Cristo que hay en mí, que son la salud, la riqueza, el amor y la expresión perfecta de mi Ser.
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La alternativa es la toma de conciencia.